3.4 Lee el folleto

Leer: La cocaína del pobre

LA COCAÍNA DEL POBRE

A los sujetos de prueba a los que se les dio cocaína y Ritalín no podían sentir la diferencia.
Créditos fotográficos: itar-Tass

Terminé tomando muchísimas anfetaminas potentes que me deprimieron bastante rápido, y no sé si hubiera llegado a estar interesado en ellas si no hubiera empezado usando el Ritalín”. — Andy

Trece veces más consumidores de Ritalín ingresaron en urgencias en 2004 comparado con 1990.

El Ritalín es fácil de obtener y es barato. Obtenidas a partir de la receta válida de alguien, robadas a un hermano o adquiridas mediante prescripción fraudulenta, estas pastillas después se distribuyen ampliamente. El precio va desde un dólar o dos en colegios hasta 20 dólares por pastilla en el mercado negro.

La comparación entre el Ritalín y la cocaína no es tan sólo un eslogan. El Ritalín es químicamente similar a la cocaína. Cuando se inyecta como líquido, causa tal “sacudida” que los adictos la ansían muchísimo.

En el año 2000, la Administración Americana para el Control de Estupefacientes (DEA) reveló los resultados de estudios tanto en animales como en seres humanos a quienes se les dio cocaína y Ritalín. Los sujetos en el estudio no podían diferenciarlos. La Administración Americana para el Control de Estupefacientes (DEA) concluyó que: “ambos producen efectos que son prácticamente idénticos”.

Alcance del abuso del Ritalín

El consumo de fármacos con receta tales como el Ritalín está aumentando.

En 2006, casi 7 millones de norteamericanos abusaban de fármacos con receta, incluyendo Ritalín, más de la cantidad de los que consumían cocaína, heroína, alucinógenos, éxtasis e inhalantes, combinados. Esos 7 millones eran sólo 3,8 millones en el 2000, un incremento del 80% en sólo seis años.

En 2007, el 3,8% de los alumnos de secundaria informaron haber consumido Ritalín sin receta al menos una vez durante el año anterior.

Un factor importante que contribuye al consumo es el enorme incremento en el número de recetas para el Ritalín y otros estimulantes.
En los EE.UU., el número de prescripciones para estimulantes se dispararon de casi 5 millones en 1991 a casi 35 millones en 2007.

En 2004, el metilfedinato (Ritalín) estuvo implicado en unas 3.601 visitas a las salas de urgencias de hospitales, comparado a 271 en 1990.

Entre 1990 y 2000, en Estados Unidos hubo 186 muertes relacionadas con el Ritalín. El riesgo más alto es para quienes inhalan la droga en grandes cantidades.

Desde 1995, se ha clasificado en la lista de la Administración Americana para el Control de Estupefacientes como uno de los medicamentos “más robados”.