La cocaína causa un intenso viaje de corta duración seguido inmediatamente por su opuesto: depresión intensa, tensión nerviosa y ansia por más droga. Los que la consumen a menudo no se alimentan ni duermen apropiadamente. Pueden experimentar un marcado incremento del ritmo cardíaco, espasmos musculares y convulsiones. La droga puede hacer que la gente se sienta paranoica, 1 enojada, hostil y ansiosa, incluso cuando no están bajo su influencia.
Sin tener en cuenta la cantidad de la droga que se use o la frecuencia de su consumo, la cocaína incrementa el riesgo de ataque cardiaco, apoplejía o fallos respiratorios, cualquiera de los cuales puede resultar en una muerte repentina.
¿Cuáles son los efectos de la cocaína a largo plazo?
La expresión “droga endemoniada” se acuñó originalmente hace muchos años para describir los efectos secundarios negativos del consumo constante de cocaína. Según aumenta la tolerancia a la droga, se vuelve necesario tomar cantidades cada vez más grandes para lograr la misma intensidad. El uso prolongado diario causa privación de sueño y pérdida de apetito. Una persona puede volverse psicótica y empezar a tener alucinaciones.
Como la cocaína interfiere con las formas en que el cerebro procesa las sustancias químicas, uno necesita más y más droga tan sólo para sentirse “normal”. La gente que se vuelve adicta a la cocaína (como a la mayoría de las otras drogas) pierde interés en otras áreas de la vida.
El bajón de la droga causa una depresión tan severa que la persona hará casi cualquier cosa para obtener la droga; incluso asesinar.
Y si no puede conseguir cocaína, la depresión se vuelve tan intensa que puede llevar al adicto al suicidio.