El crack es una de las drogas ilegales más poderosas en lo que se refiere a crear dependencia psicológica. Estimula centros de placer importantes en el cerebro y causa una euforia extremadamente acentuada. El consumo compulsivo del crack se desarrolla poco después de que la persona empieza a consumirla porque la sustancia se fuma y entra en el flujo sanguíneo rápidamente. Se desarrolla una tolerancia rápidamente: el adicto no puede alcanzar los mismos niveles experimentados previamente con la misma cantidad de crack.
“Tenía el hábito de coger 2.000 dólares de crack a la semana y quería librarme desesperadamente de las cadenas”. — Jennifer