Los opiáceos, originalmente derivados de la semilla de la adormidera, se han utilizado durante miles de años tanto para propósitos recreativos como medicinales. La sustancia activa más importante en el opio es la morfina, llamada así en honor a Morfeo, el dios griego de los sueños. La morfina es un calmante muy poderoso, pero también es sumamente adictiva.
En el siglo XVI, el láudano, opio preparado en una solución alcohólica, se utilizó como calmante.
La morfina se extrajo del opio por primera vez en forma pura a principios del siglo XIX. Se utilizó ampliamente como calmante durante la guerra civil americana, y muchos soldados se hicieron adictos a ella.
La codeína es una droga menos poderosa que se encuentra en el opio pero que puede ser sintetizada (fabricarse). En 1830 en Francia, Jean Pierre Robiquet aisló la codeína por primera vez, con el fin de reemplazar al opio sin refinar, para propósitos médicos. Se utilizaba mayormente como remedio para la tos.
A principios del siglo XIX, se incrementó el uso del opio con fines recreativos y para 1830, la dependencia de la droga en Inglaterra alcanzó su punto más alto. En 1839, los británicos enviaron barcos de guerra a la costa de China, en respuesta al intento de esa nación de prohibir el tráfico de opio. Así se inició la “primera guerra del opio”.
En 1874, varios químicos desarrollaron la heroína, en un intento por encontrar una forma menos adictiva de la morfina. Pero la heroína era el doble de potente que la morfina, y la adicción a la heroína se convirtió enseguida en un grave problema.
En 1905 el Congreso de Estados Unidos prohibió el opio y al año siguiente se aprobó la Ley de Drogas y Alimentos que exigía que se incluyera en la etiqueta, el contenido de todos los medicamentos.
En 1937, los científicos alemanes Max Bockmühl y Gustav Ehrhart, de la compañía IG Farben, sintetizaron por primera vez la metadona. Estaban buscando un calmante de fácil utilización durante una cirugía, que tuviera un menor potencial adictivo que el de la morfina o la heroína.
Sin embargo muchos creen que la metadona es aún más adictiva que la heroína.
Entre tanto, el comercio ilegal de opio estuvo en alza. Para 1995, el sudeste asiático ya producía 2.500 toneladas anuales.
Con la aprobación de la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos, aparecieron en el mercado calmantes nuevos: Vicodin en 1984, OxyContin en 1995 y Percocet en 1999.
Todos estos son opiáceos sintéticos (fabricados por el hombre) que son imitaciones de los calmantes naturales del cuerpo.